Está planta ornamental se utiliza desde la antigüedad para prevenir o tratar diferentes tipos de enfermedades o lesiones. A continuación las propiedades medicinales que ofrece la lavanda.
Múltiples propiedades
La mejor forma de aprovechar la lavanda es mediante su aceite. Acá te cuento que bondades podés obtener al utilizarlo:
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Promueve la relajación
Posee una fragancia calmante, inhalar su aroma puede disminuir la actividad del sistema nervioso, promoviendo la relajación. Esto ayudaría a reducir la ansiedad, estrés y depresión.
Cicatrizante
El aceite es efectivo para tratar cortes menores, quemaduras, hematomas o irritaciones, ya que mejora la circulación sanguínea del área.
Ayuda al estómago
La lavanda también se utiliza para una variedad de trastornos digestivos como hinchazón abdominal, pérdida de apetito, vómitos, náuseas, gases intestinales o flatulencias y malestar estomacal. Su aceite ayudaría a la movilidad del intestino y estimularía la producción de bilis, lo que previene la indigestión y las diarreas.
Alivia el dolor de cabeza
Esta planta tiene un potente efecto analgésico ideal para aliviar la dilatación de las arterias del cráneo que producen las conocidas migrañas.
Para el acné
La lavanda posee propiedades antibacteriales que podrían resultar útiles para combatir el acné. Su uso se asoció a una regulación de la sobreexcreción de sebo, sustancia grasa responsable de la aparición de los molestos granitos o espinillas, y a una mejor cicatrización en la zonas afectadas por esta enfermedad.
Mejora la respiración
Gracias a sus propiedades antibacterianas, el aceite de lavanda podría ser efectivo para tratar diferentes problemas respiratorios, incluyendo infecciones de garganta, resfriados, congestiones, bronquitis, faringitis, tos o gripe. Los expertos señalan que se puede aplicar directamente sobre el cuello, pecho o espalda, o utilizarlo mediante vaporizadores o inhaladores.