jueves, enero 19
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Anemia: causas y síntomas

Tiempo de lectura: 4 minutos

La anemia es la afección de la sangre más común. Ocurre cuando el número de glóbulos rojos es bajo, lo que deriva en una disminución de la hemoglobina, la proteína que generan y que es responsable de transportar oxígeno a órganos y tejidos en todo el cuerpo.

La principal causa de la anemia es la deficiencia de hierro, el mineral que participa en la producción de hemoglobina. Aunque muchas afecciones pueden causar anemia, la malnutrición es una de las centrales. 

La anemia puede ser temporal o prolongada y puede variar de leve a grave.

 

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Síntomas

Esta carencia de hemoglobina, y por ende, de oxígeno, genera los siguientes síntomas:

  • Debilidad extrema
  • Dificultad para respirar
  • Ritmo cardíaco rápido o irregular
  • Silbidos en los oídos
  • Dolor de cabeza
  • Manos o pies fríos
  • Dolor en el pecho
  • Piel pálida o amarillenta
  • Dificultad para respirar
  • Mareos o aturdimiento

Causas

Hay muchos problemas de salud que pueden causar anemia. Entre ellos, los más frecuentes son: 

  • Períodos menstruales muy abundantes
  • Embarazo
  • Ulceras
  • Pólipos en el colon o cáncer del colon
  • Trastornos hereditarios
  • Una dieta que no contiene suficiente hierro, ácido fólico o vitamina B 12
  • Algunos trastornos, tales como anemia falciforme, talasemia o cáncer
  • Anemia aplásica, una afección que puede ser hereditaria o adquirida
  • Deficiencia de glucosa -6- fosfato-deshidrogenasa

La anemia también puede ser un síntoma de una afección más grave. Puede resultar de una hemorragia crónica en el estómago. La inflamación crónica de una infección, enfermedad renal, cáncer o enfermedades autoinmunes también pueden hacer que el cuerpo produzca menos glóbulos rojos.

Ciertas enfermedades afectan la capacidad del intestino delgado para absorber nutrientes. 

Tipos de anemia

La forma de anemia más común es por deficiencia de hierro, pero hay otros tipos de anemia, y son los siguientes:

Anemia hemolítica. Esta se presenta cuando el organismo destruye los glóbulos rojos antes de lo debido. La vida útil normal de los glóbulos rojos es de 120 días.

Anemia aplásica. Esto ocurre cuando la médula ósea tiene células madre dañadas. En ese caso, el cuerpo no es capaz de producir suficientes células sanguíneas nuevas. La afección afecta los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. En la jerga médica también se la conoce como insuficiencia de la médula ósea.

Anemia falciforme. Es una enfermedad genética que afecta a los glóbulos rojos. Ocurre cuando una persona nace con 2 genes de hemoglobina anormales.

Anemia normocítica. Este tipo de anemia se desarrolla cuando los glóbulos rojos son de tamaño normal, pero el recuento es bajo.

Anemia perniciosa. Ocurre cuando el cuerpo carece de vitamina B12. Provoca una escasez de glóbulos rojos sanos.

Diagnóstico

Además del cuestionario regular que realizará el proveedor de salud, se debe realizar un hemograma completo, un análisis de sangre. 

Dependiendo de los resultados, el médico podría ordenar otros exámenes, como un análisis en profundidad del funcionamiento de la médula ósea.

El médico también debería indagar en su historial familiar, si su nutrición es la adecuada para su edad, etc.

Prevención y Tratamiento

Si la causa de la anemia es genética o provocada por una pérdida de sangre por una herida o un accidente, o un coágulo que se produzca durante el parto, no se puede prevenir. 

Sin embargo, una dieta equilibrada que contenga alimentos ricos en hierro puede garantizar que el organismo genere una buena cantidad de hemoglobobina, como para mantenerlo bien oxigenado

Entre ellos, están: 

  • -Carnes rojas/ Pescados y mariscos/ Vísceras /Granos integrales/ Frutas secas como nueces
  • Frijoles/ Vegetales de hoja verde oscuro/ Alimentos fortificados con hierro.

La meta central del tratamiento para la anemia es fortalecer los glóbulos rojos, para que se garantice un organismo bien y consistentemente oxigenado.

Los tratamientos dependen de la afección subyacente que causa la anemia y pueden ir desde inyecciones específicas para tratar la anemia normocítica hasta hormonas para controlar menstruaciones abundantes, hasta tranfusiones de sangre.

El paciente, junto con su médico, deben identificar el tratamiento adecuado para el tipo de anemia específica.

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