La obesidad infantil cada vez es mayor, su asociación con enfermedades metabólicas, cardiovasculares, neoplásicas y otras ha hecho que su prevención y tratamiento sea un reto en la salud. Te dejo un par de recomendaciones para reducirla.
Una de las mejores estrategias para reducir la obesidad infantil es mejorar la alimentación y los hábitos de ejercicio de toda la familia. El tratamiento y la prevención de la obesidad infantil ayudan a proteger la salud de tu hijo ahora y en el futuro.
El índice de masa corporal brinda una pauta del peso en relación con la estatura, es la medida aceptada de sobrepeso y obesidad. El médico de tu hijo puede ayudarte a averiguar si su peso podría ser un problema de salud usando gráficos de crecimiento, el índice de masa corporal y, si es necesario, haciendo otras pruebas.
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Diagnóstico de obesidad en niños
Para un diagnóstico preciso de obesidad en niños se debe consultar a un Pediatra. El médico tendrá en cuenta los antecedentes de crecimiento y de desarrollo, los antecedentes familiares de la relación entre peso y altura, y la ubicación de tu hijo en las tablas de crecimiento. Esto puede ayudar a determinar si el peso de tu hijo se encuentra dentro de un rango no saludable.
Si bien la obesidad es resultado de un desbalance entre las calorías que son ingeridas y aquellas que son consumidas, es necesario comprenderla para poder prevenirla.
Factores de riesgo
Muchos factores (generalmente combinados) aumentan el riesgo de tu hijo a tener sobrepeso:
- Alimentación: Comer con regularidad alimentos con muchas calorías, como comidas rápidas, productos horneados y refrigerios de máquinas expendedoras, puede hacer que tu hijo suba de peso. Los dulces y los postres también pueden causar aumento de peso.
- Falta de ejercicio: Los niños que no hacen mucho ejercicio tienen más probabilidades de subir de peso porque no queman tantas calorías. Pasar demasiado tiempo en actividades sedentarias, como mirar televisión o jugar a videojuegos, también contribuye al problema.
- Factores familiares: Si tu hijo viene de una familia con sobrepeso, tiene más probabilidades de subir de peso. Esto es cierto especialmente en un entorno donde siempre hay alimentos con muchas calorías y donde no se alienta la actividad física.
- Factores psicológicos: El estrés personal, parental y familiar puede aumentar el riesgo de un niño de padecer obesidad. Algunos niños comen de más para afrontar problemas o canalizar sus emociones o para combatir el aburrimiento.
- Factores socioeconómicos: En algunas comunidades, las personas tienen recursos limitados. Como resultado, suelen elegir comida semipreparada que no se echa a perder rápidamente, como comidas congeladas y galletas saladas y dulces. Además, las personas que viven en vecindarios de bajos ingresos no suelen tener acceso a lugares seguros donde hacer ejercicio.
- Ciertos medicamentos: Algunos medicamentos con receta médica pueden aumentar el riesgo de obesidad.
Un trabajo en conjunto integral de la familia, el personal de salud mediante la prevención son el mejor tratamiento para la obesidad infantil.