Descubrí si estás haciendo todo lo que está en tus manos para cuidar tu corazón, mantenerlo fuerte y sano. Y sino, es buen momento para empezar a aplicar este plan y alejar riesgos.
Incluí fruta y té en tu alimentación
Para proteger tu salud general y mantener tu corazón en buen estado, te conviene comer fruta a diario: tan solo consumiendo una pieza al día reducís hasta el 34% el riesgo de desarrollar un problema cardiaco, como demuestra un reciente estudio de la Universidad de Oxford.
Y si te gusta el té de cualquier tipo (verde, rojo, negro…) encontrarás en él un aliado estrella para tu corazón. Las personas que toman al menos una taza al día tienen un 35% menos de posibilidades de tener un problema cardiovascular, en comparación con las que no lo hacen, según un estudio del Hospital Johns Hopkins (EE. UU.) que demuestra que esta bebida previene los depósitos de calcio en las arterias.
No excedas las horas de trabajo
Excederte en la cantidad de horas dedicás a trabajar perjudica tu salud cardiovascular a largo plazo. A partir de las 46 horas de trabajo semanal se incrementa el riesgo de sufrir un ataque al corazón, una angina de pecho u otros tipos de fallos cardiacos, según una investigación del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas.
No fumes
El tabaco afecta al corazón tanto en su funcionamiento interno como en la circulación sanguínea. Mientras que en los hombres baja su consumo, en las mujeres no para de subir y eso las hace más vulnerables a dolencias cardiacas.
Mantené tus niveles de presión arterial de 12/8
La hipertensión es uno de los factores que más eleva el riesgo de sufrir un infarto. Con unos niveles de presión arterial de 12/8 hay una mejor supervivencia. Por eso, tomar medidas para alcanzar esos niveles de tensión es fundamental para cuidar tu corazón.
Cuidá tu colesterol
Superar los 240 mg/dl duplica el riesgo de infarto, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC). De todos modos, se considera que el nivel de la lipoproteína LDL (colesterol malo) debería estar por debajo de los 160 mg/dl. Además, lo óptimo es tener el colesterol «bueno» (HDL) por encima de los 40 mg/dl.
Procurá tu bienestar emocional
Cuidar tu bienestar emocional es básico para mantener una buena salud cardiaca. La tristeza, los enfados o incluso el exceso de euforia pueden desestabilizar hasta el corazón más sano. Aunque el riesgo absoluto de sufrir un infarto asociado a emociones intensas es bajo, existe.
Mantenete en tu peso ideal
Acumular grasa en la zona abdominal no te debe preocupar solo por estética: también predispone a enfermedades cardiovasculares, ya que hay células grasas que crean sustancias inflamatorias que afectan al tejido cardiaco. También hace que empeore la tensión.
Dormí bien y evitá el insomnio
Pasar noches dando vueltas en la cama sin dormir acarrea nervios, cansancio, irritabilidad… pero además aumenta el riesgo de padecer un ataque al corazón.
Las personas con problemas para conciliar el sueño prácticamente a diario tienen un 45% más de posibilidades de tener un infarto, según un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
Cuidá tus encías
Cuidar tus encías es fundamental para impedir que las bacterias que hay en tu boca acaben llegando al corazón y lo dañen. Pensá que una gingivitis (infección de las encías) no resuelta puede derivar en una periodontitis, que llegue incluso a afectar a la circulación.
Para evitarlo, debes mantener una buena higiene bucal. Visitá al dentista una vez cada año.
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